domingo, 15 de marzo de 2015

Segundo Parlamento Federal Juvenil INADI


POR UNA ARGENTINA SIN DISCRIMINACIÒN

MATERIAL DE APOYO


http://inadi.gob.ar/wp-content/uploads/2015/03/material-para-ensayo.pdf

martes, 3 de marzo de 2015

Relatos de Eduardo Galeano

 
EL MUNDO
 
            Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo. A la vuelta, contó. Dijo que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos. El mundo es eso -reveló- Un montón de gente, un mar de fueguitos. Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende.

Eduardo Galeano: El libro de los abrazos.
 
 

La información objetiva

   En los países democráticos, el deber de objetividad guía los medios masivos de comunicación.
   La objetividad consiste en difundir los puntos de vista de cada una de las partes implicadas en situaciones de conflicto.
   En los años de la guerra de Vietnam, los medios masivos de comunicación de los Estados Unidos dieron a conocer a la opinión pública la posición de su gobierno y también la posición del enemigo.
   George Bayley, curioso de estos asuntos, midió el tiempo dedicado a una y otra parte en las cadenas televisivas ABC, CBS y NBC entre 1965 y 1970: el punto de vista de la nación invasora ocupó el noventa y siete por ciento del espacio y el punto de vista de la nación invadida ocupó el tres por ciento.
   Noventa y siete a tres.
   Para los invadidos, el deber de sufrir la guerra; para los invasores, el derecho de contarla.
   La información hace la realidad, y no al revés.

                                             Eduardo Galeano: Espejos. Una historia casi universal.